viviré sin ella.

El juro que jamás olvidaría su nombre, que jamás podría vivir sin aquella bella mirada y a la luz de la luna le recito diez mil poemas.

Pensó que sus esfuerzos jamás valdrían la pena, pero aquellos labios ternuras con una coqueta mirada pronunciaron una oportunidad. No era necesario llorar, las sonrisas llegaban como enormes ráfagas de viento a su rostro, no pensó en besarla ni siquiera acariciarla, por su cabeza pasaba la tierna idea de poder abrazarla, así que, la tomo en sus fuertes brazos y sus corazones se juntaron, chocaron y latieron parejos a un ritmo muy acelerado. Es realmente inexplicable describir el brillo de los ojos de aquellos dos chicos enamorados.

El tiempo fue pasando y juntos formaron grandes anécdotas historias y recuerdos,
-¿que sigue después de amarse tanto? se decían el uno al otro, esa pregunta no tardo tanto tiempo en el aire así que una tarde el joven y apuesto chico tomo todas sus valiosas posiciones y fue a la joyería mas cercana del pueblo. El chico no tenia tanto dinero pero tampoco lo necesitaba, con tan siquiera pronunciar algunas palabras su amada soltaba suspiros y lo enamoraba aun mas con sus miradas.

Saco de su bolsillo trasero unos pocos centavos y los cambio por una vieja sortija un poco ovalada y con un brillo que casi estaba extinto, la tomo y sonrió.

Camino hasta llegar a un hermoso paisaje, una colina muy alta, un árbol de hojas cafeses que reposaban en el suelo, y solamente algunas flores de pie, espero por unos segundos y al darse vuelta una hermoso vestido color crema caminaba hacia a él, las manos le sudaban y su piel blanca se puso roja, sus ojos jamás habían brillado tanto la hermosa chica de cabello pelirrojo caminaba sonriente hacia a él. Ambos se tomaron de las manos y el con un tartamudeo un tanto lindo le dijo las palabras que ella precisamente quería oírle decir...
Y así sus vidas se juntaron, un mismo espacio un mismo sentimiento, corazones viviendo por los mismos motivos. haberes discutían pero ambos sabían como arreglar las malas situaciones, el joven la sorprendía con tiernos detalles y ella simplemente no necesitaba hacer nada para hacerlo feliz, lo único que les faltaba era una hermosa familia así que una tarde de marzo la noticia nuevamente los llenaba de felicidad, sería una hermosa niña, asieron planes para acomodarse en su pequeña casa, compraron lo necesario, y esperaron a octubre con mucha desesperación, todo estaba perfectamente planeado ella tendría un nombre sutil, tan sutil como una bella mirada, tendría el cabello rojizo, y ojos claros, piel blanca y una mirada coqueta.

Octubre llego pero el pequeño, sutil y delicado cuerpo de la joven no soporto, así que al día siguiente el joven le lloraba a un bulto de tierra, lo que ellos habían planeado se cumplió la hermosa niña crecía y aquel hombre aun apasto caminaba con la hermosa niña tomada del brazo todas las tardes a un viejo lugar, lleno de silencio, había cientos de arboles alrededor, había tristeza en ese lugar pero él con una hermosa flor de distinto color todos los días hacia que todo se viera mejor. Hablaba todo el tiempo con ella y cuando la pequeña no lo notaba las lagrimas recorrían su camino, pedía respuestas, pero jamás las encantaraba, pedía oportunidades pero jamás se las dieron, guardaba el viejo anillo como su objeto más preciado, y cuando despertó se dio cuenta de que su pelo era canoso y que sus pasos eran cada vez más lentos, de que no importara lo que asiera sus piel ya no era lisa, y vio su vida, yendo aun horrible lugar todos los días con una flor distinta para su amada, hablándole al oído, riendo y llorando recordando viejos tiempos...

Y lo noto... la primavera hacia qué cualquier lugar en el obscuro planeta se viera hermoso, noto que su vida se consumía lentamente, que ni siquiera vio el pasar de los años, y que la única puaba de su amor, la única que quedaba viva, no era su hija, era un recuerdo más de la existencia de aquella fresca mirada que lo hacía sonrojarse, así que lo decidió.
Una mañana de abril recolecto tantas flores como pudo, de distintos colores, colores casi exóticos, y nuevamente camino, y al llegar soltó un suspiro vio el lugar tan familiar incluso más que su vida, dejo las flores sobre el pavimento, y le pidió disculpas, le dijo que esas flores serian suficientes para el resto de su vida, así que sin pronunciar mas palabras dejo en ese lugar todos los sentimientos enanos y se llevo solo algunos necesarios.

El retomo el camino, un camino que ni siquiera se preocupo por dibujar,
El jamás olvidara su nombre, pero sin duda el si podría vivir sin aquella bella mirada.

ya tan pronto semana de examenes

un beso a todos los que me leen :)